Hacía años que la Cava Alta no congregaba a tantas personas en este punto del recorrido de la estación de penitencia del Cristo del Amor y de la Virgen de la Esperanza. Y es que la tarde invitaba a estar en la calle y al mismo tiempo la devoción a estos sagrados titulares aún sigue siendo muy numerosa.
Pese a tener un cortejo escaso en penitentes, no lo ha sido en el entusiasmo de las cuadrillas de costaleros y costaleras que dirigidas por sus capataces han realizado una buena estación de penitencia entre aplausos y vítores.
Tras varias horas en la calle, el Cristo y la Virgen llegaban a su casa pasada la una de la madrugada con la satisfacción de haber realizado un buen trabajo.
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