Que el aborto es
progresista
se dijo en el banco
azul
pero, la abuela que
es lista
dijo: ¡ En el nombre
de Jesús!
¿Cómo puede ser
avance
lo que retroceso es,
cuando se tiene al
alcance
el matar a un nuevo
ser?
Hitler con su
bigotillo
dijo que sólo
vivieran
los perfectos.... y
perfectos
según él los
definiera.
Y así, tan sólo los
arios,
no judíos ni gitanos,
ni polacos ni otros
varios
serían en su raza
hermanos.
Si aseguras los
derechos
sólo de una mayoría,
los de menos están
hechos
una triste porquería.
Hitler mandó que los
locos,
los ciegos, cojos y
mancos,
los deformados un
poco
se arrojaran en
barrancos.
Lo curioso es que
vencido
hace ya setenta años,
parece haber renacido
en abortistas de
hogaño.
Pues postulan que, si
tiene
el niño deformidades,
los derechos con que
viene
sean sólo
calamidades.
Se le puede asesinar,
en el vientre de su
madre,
por presunta
enfermedad
que al médico no le
cuadre.
Sobre todo si el
galeno
se lleva la comisión
de la clínica “veneno”
que opera la
“interrupción”.
Porque aquí cobra
hasta el gato
y las clínicas de
muerte
te ponen rico en un
rato:
¡al matar le llaman
suerte!
El Führer y su
eugenesia
ridícula hasta el
bigote,
mandó que hicieran
magnesia
al deforme en un
argote.
Pero en el extremo
opuesto
estaba Stalin
mandando:
¡con bigote de
repuesto
y a los niños
destrozando!
Es el “Estado” quién
manda
en nombre del bien
común
en la cama, dura o
blanda,
donde duermes, o no,
tú.
Como en China es
“Papá Estado”
quién decide tu procrear
y tú, como asalariado
de “Mao Estado”: ¡a
callar!
Si es niño y
perfeccionado,
qué suerte tiene el
cabrito,
sea bienvenido y
amado
por fuerte y niño
bonito.
Si es niña o algo
padece
el aborto está
mandado,
pues la sociedad no
puede
hacer pagar al “Estado”.
De nazis y comunistas
díganme la
diferencia:
totalitarios racistas
que rematan la
inocencia.
Los tiranos son
vencidos
pero sus ideas quedan
y hacen que los no
nacidos
ni nacer ni vivir
puedan.
El “aborto es
sagrado”
se pintan sobre los
senos:
díselo al niño
abortado
cual basura, en cubos
llenos.
No es progre ni
izquierdista
atacar al indefenso
y sí un negocio
machista,
tan injusto como
intenso.
Pues la vida es el
gran don
y es un crimen
abortarla,
por grande que sea el
follón
no cejes en proclamarla
en respeto y en
razón.
Manuel Amezcua
Morillas
1 Comentarios:
Impecable Don Manuel.