viernes, 27 de enero de 2017

"Aborto progresista, mentira a la vista", reflexión del sacerdote Manuel Amezcua

Que el aborto es progresista
se dijo en el banco azul
pero, la abuela que es lista
dijo: ¡ En el nombre de Jesús!
¿Cómo puede ser avance
lo que retroceso es,
cuando se tiene al alcance
el matar a un nuevo ser?


Hitler con su bigotillo
dijo que sólo vivieran
los perfectos.... y perfectos
según él los definiera.

Y así, tan sólo los arios,
no judíos ni gitanos,
ni polacos ni otros varios
serían en su raza hermanos.
Si aseguras los derechos
sólo de una mayoría,
los de menos están hechos
una triste porquería.
Hitler mandó que los locos,
los ciegos, cojos y mancos,
los deformados un poco
se arrojaran en barrancos.

Lo curioso es que vencido
hace ya setenta años,
parece haber renacido
en abortistas de hogaño.
Pues postulan que, si tiene
el niño deformidades,
los derechos con que viene
sean sólo calamidades.
Se le puede asesinar,
en el vientre de su madre,
por presunta enfermedad
que al médico no le cuadre.

Sobre todo si el galeno
se lleva la comisión
de la clínica “veneno”
que opera la “interrupción”.
Porque aquí cobra hasta el gato
y las clínicas de muerte
te ponen rico en un rato:
¡al matar le llaman suerte!
El Führer y su eugenesia
ridícula hasta el bigote,
mandó que hicieran magnesia
al deforme en un argote.

Pero en el extremo opuesto
estaba Stalin mandando:
¡con bigote de repuesto
y a los niños destrozando!
Es el “Estado” quién manda
en nombre del bien común
en la cama, dura o blanda,
donde duermes, o no, tú.

Como en China es “Papá Estado”
quién decide tu procrear
y tú, como asalariado
de “Mao Estado”: ¡a callar!
Si es niño y perfeccionado,
qué suerte tiene el cabrito,
sea bienvenido y amado
por fuerte y niño bonito.

Si es niña o algo padece
el aborto está mandado,
pues la sociedad no puede
hacer pagar al “Estado”.
De nazis y comunistas
díganme la diferencia:
totalitarios racistas
que rematan la inocencia.
Los tiranos son vencidos
pero sus ideas quedan
y hacen que los no nacidos
ni nacer ni vivir puedan.

El “aborto es sagrado”
se pintan sobre los senos:
díselo al niño abortado
cual basura, en cubos llenos.
No es progre ni izquierdista
atacar al indefenso
y sí un negocio machista,
tan injusto como intenso.
Pues la vida es el gran don
y es un crimen abortarla,
por grande que sea el follón
no cejes en proclamarla
en respeto y en razón.



Manuel Amezcua Morillas


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