Qué bonita es Baza, que bella es por cada uno de sus rincones. Calles, avenidas, pero en especial hay un barrio que tiene algo distinto a lo demás, se sale de contexto. Os hablo de ese barrio tan hermoso y tan bello como es Santiago.
Es pura magia lo mires por donde lo mires, en él se encuentra un padre atado, arrestado, pegado, azotado, el que cada noche del lunes santo, sale a sus calles a hombros de costaleras que no les hace falta más coraje y más maestría para llevar a su padre y regresarlo a su casa rescatado, se lo presentan a una madre que no le cabe más dolor en el pecho con esos siete puñales, que son los pilares de nuestra fe. Ante ti esta y solo vosotros sabéis lo que el brillo de vuestras miradas dicen.
Viernes, silencio, dolor, pena, llanto, cristo va a ser descendido del madero. A las nueve de la mañana sale desde ese barrio, un padre que ha dado su vida por todos nosotros, acompañado de su madre Rocío. Preciosa mía, no hay llanto en este mundo que no se pueda consolar como lo es el tuyo, madre en un puño tienes mi alma que me quitas cada vez que veo tu rostro, tan apenado. San Juan no la dejes caer nunca, que un barrio baja con todo su amor por esas sábanas que son las encargadas de cuidar su sangre derramada, y que, al tercer día esa sangre desaparecerá para que venzas a la muerte.
Detrás de ti va tu madre brillando mucho más que el sol a lo largo de los siglos. Dolores te llaman y ese dolor te lo quita tu barrio cada vez que regresas con ese mar de pétalos que caen sobre tu cielo bastetano.
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