Dicen que año nuevo, vida nueva. Y seguramente es así, aunque en este caso tengamos que decir “vida nueva, campanas nuevas”, o nueva forma de tocarlas. En Beas de Guadix, Lugros y Polícar no estrenan campanas, pero sí el automatismo para tocarlas.
Se instalaron los dispositivos en Navidad y es ahora, con el año nuevo, cuando se disfrutan. Seguramente eran las últimas parroquias que aún no disponían de un automático para las campanas y, ahora, con su instalación, se ha podido implantar, además, el toque de las horas del reloj.
Sin duda, las campanas, sean pequeñas, -como las de Lugros, Beas o Polícar-, o grandes, son seña de identidad de nuestras parroquias. Sirven para convocar a los fieles para las celebraciones. Pero su sonido, oído desde la infancia, forma parte, seguro, de nuestra propia historia y, por qué no, de nuestra identidad. Cuidarlas y mejorarlas es mantener el patrimonio, la tradición y nuestra identidad.
Antonio Gómez
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