Imagen: Parroquia de San Juan Bautista de Baza
Juan Bautista se considera el precursor de Jesús, vivió como un asceta, predicó la conversión y bautizó en el río Jordán. Su preocupación era la penitencia ante la inminente aparición del Mesías, “al cual no era digno de desatarle la correa de las sandalias”. Jesús se presentó ante él para ser bautizado y en ese momento el Espíritu Santo, en forma de paloma, se posó sobre Jesús y lo bendijo diciendo: “este es mi hijo amado en quien yo me complazco”.
Juan murió poco tiempo después del bautismo de Jesús, siendo decapitado por orden de Herodes Antipas, quien lo había hecho encarcelar después de que Juan reprobara su mala conducta: el rey vivía con Herodías, la esposa de su propio hermano. Cuentan los Evangelios que durante un banquete, Salomé la hija de Herodías, había bailado tan bien que su tío le concedió el deseo que le pidiese. Ella fue a consultar a su madre y ésta solicitó la cabeza de Juan servida en una bandeja de plata en venganza por las denuncias públicas del Bautista.
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