Motivados por la idea de educar a niños felices a través de diversas actividades como juegos, gincanas, oración, taller de fotografía, taller de lectura, taller de biodanza, juegos con paracaídas, veladas, celebraciones de la eucaristía, etc. mantenemos una jornada matinal de cuatro horas distribuidas en dos momentos con su correspondiente descanso.
Sabemos que educar no es fácil, nunca lo ha sido, y por eso buscamos cualquier circunstancia para llevarla a cabo. Es por ello que, nos hemos servido de los cuentos para la celebración de esta actividad veraniega, porque a través de los cuentos (campacuentos) hemos podido trabajar valores como la autoestima, la amistad, la sinceridad y el compartir. Valores muy necesarios ahora y siempre, que nunca están de más y hay que ir recordándolos continuamente.
Se ha trabajado también la comida saludable, valorando positivamente a aquellos niños que, para la hora del descanso, traían piezas de fruta o zumos, en lugar de bollería. Por supuesto que aquellos que más puntos consiguieron, obtuvieron su premio.
Si bien, las principales actividades van dirigidas a los niños en edades comprendidas entre las edades de 7 a 14 años, no olvidamos a los adolescentes y jóvenes, porque los incorporamos como monitores en aprendizaje, haciendo una labor encomiable y activa que, como todo, es mejorable; pero quiero agradecer, desde esta página, su trabajo y sus ganas de colaborar. Creo que sin ellos, hubiera sido difícil llevar adelante la actividad.
Con los padres y los familiares de los participantes, hemos tenido una charla formativa sobre educación y comunicación en la familia; una velada donde se han expuesto las conclusiones del campo de trabajo a través de pequeñas representaciones teatrales y juegos diversos, donde han podido participar directamente adivinando los valores que había tras esas representaciones y que se habían trabajado en los grupos de niños. Hemos concluido con la Eucaristía de las familias para dar gracias a Dios y a la patrona “la Tizná” (Virgen de la Purificación) por el buen funcionamiento del campo de trabajo.
También agradezco al grupo, a la comunidad de la Iglesia de San Francisco de Granada, su colaboración y gestión en esta actividad, porque su apoyo y su presencia, para que este tipo de actividades puedan realizarse en el mundo rural, es muy necesaria, máxime aquí, donde tan faltos estamos de gente que apueste por esta realidad y decida ofrecer alternativas al día a día que nos hagan sentirnos orgullosos de vivir en estas tierras que, poco a poco, van despoblándose por el alto índice de muertes y el bajo o casi nulo índice de nacimientos.
Por todo ello. Gracias.
José Mª Tortosa
Párroco de Jérez del Marquesado
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