La diócesis de Guadix celebró una Eucaristía de acción de gracias por la beatificación de los “Mártires de Guadix”, como los nombró el Obispo, Mons. Ginés García, que presidió la celebración. Se trata de grupo de 13 mártires relacionados con la diócesis de Guadix que fueron beatificados el pasado 25 de marzo en Almería, junto a otros 102 mártires más y que son conocidos como los mártires de Almería.
La celebración tuvo lugar en la catedral, a las 11 de la mañana, y contó con la concelebración de numerosos sacerdotes y fieles de distintos lugares de la diócesis, sobre todo, de los lugares vinculados con los nuevos beatos. También concelebró el Obispo electo de Cartago (Costa Rica), Mons. Mario Quirós.
Con esta Misa de Acción de Gracias la diócesis de Guadix cumplió con una tradición en la Iglesia: celebrar una Eucaristía para dar gracias a Dios por los nuevos beatos y por el don que suponen para la Iglesia y para el mundo. Y así se hizo en Guadix, con toda solemnidad y con la alegría de sumar trece nuevos testigos de la reconciliación a la historia de santidad diocesana.
Durante su homilía, el Obispo de Guadix quiso leer cada uno de los nombre de los nuevos beatos: “con santo orgullo y no menor gozo –dijo el prelado- repetimos los nombres de los nuevos mártires para que resuenen en las bóvedas de este templo, y, sobre todo, en el corazón de la Iglesia, con el deseo de que sean para nosotros verdaderamente ejemplo e intercesores”. De ellos dijo que son “pastores humildes y entregados, hombres que hicieron de sus vidas una entrega día a día en el ejercicio de su ministerio, y al final, tuvieron la gracia de derramar su sangre como culminación de esa entrega”.
Su vida sencilla pero entregada, al tiempo que comprometida, es un testimonio de santidad para todos nosotros, vino a decir el obispo durante su homilía. Ellos “no buscaron la muerte, ni mucho menos la procuraron; sencillamente la aceptaron como designio de Dios, como contribución a la obra de la salvación…..Y murieron con el perdón en los labios y en el corazón, lo que sorprendía e irritaba a sus verdugos. ¿Cómo se puede perdonar al que te quita la vida? Pues sólo cuando el amor que hay dentro de ti es tan grande que no puede apagarlo el odio ni la violencia”.
De los nuevos beatos destacó, además, que su martirio nos enseña la vitalidad y la audacia de la fe, al tiempo que supone un testimonio de esperanza y, sobre todo, de amor y reconciliación.
Al final de la Eucaristía, el Obispo manifestó su petición de que el testimonio y la sangre de estos 13 nuevos beatos suponga la semilla de nuevas y abundantes vocaciones en la diócesis tanto a la vida sacerdotal, como consagrada.
Antonio Gómez
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